El Día de la Gran Unión es una fiesta nacional en Rumanía. Es la celebración de la unificación de Transilvania, Besarabia y Bucovina con el Reino Rumano. Esto ocurrió el 1 de diciembre de 1918. El país lo celebra con conciertos gratuitos y desfiles en todas las ciudades, además de platos tradicionales. Es un día de celebración y fiesta, con especiales televisivos en antena y fuegos artificiales por la noche.

Aunque Rumanía no se unificó oficialmente hasta 1918, se trata de un largo proceso en ciernes. El primer intento de unificación rumana se atribuye al voivoda Valaquia, Miguel el Valiente. Intentó unificar la mayor parte de lo que hoy es Rumanía entre 1599 y 1601.

Sin embargo, este intento fue abandonado por la fuerza cuando Miguel fue asesinado bajo las órdenes del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Rodolfo II. El emperador no quería que Miguel tuviera tanto control. Miguel tuvo brevemente poder sobre Valaquia, Moldavia y Transilvania, pero con su muerte terminó la unión de estas tres tierras.

Rumanía estuvo bajo el dominio austrohúngaro durante muchos años y no veía una salida, ni una forma de unificarse y escapar del control ajeno. Como resultado, los rumanos intentaron impulsar la autonomía dentro del Imperio, pero no tuvieron mucho éxito. Por ejemplo, durante las revoluciones de 1848, las fuerzas campesinas de Avram Iancu en Transilvania fueron un gran obstáculo para que el ejército húngaro asegurara Transilvania.

Los esfuerzos de las fuerzas campesinas frenaron definitivamente la guerra de independencia magiar contra Austria, pero no condujeron a la autonomía rumana. Los austriacos no quisieron alentar a las fuerzas campesinas y recurrieron a los rusos para que les ayudaran a acallar esta rebelión.

Más tarde, en 1859, bajo el liderazgo de Alexandru Ioan Cuza, se creó la unión política entre Valaquia y Moldavia. En realidad, un par de años antes, en 1856, el Tratado de París que puso fin a la guerra de Crimea prohibía la unión de Valaquia y Moldavia. Así que, en lugar de declarar la unión, Valaquia y Moldavia eligieron al mismo hombre para el trono: Alexandru Ioan Cuza.

Cuza hizo muchas cosas grandes por la nueva Rumanía unificada. Introdujo la reforma agraria con la erradicación de la servidumbre. Sin embargo, esto resultó ser su perdición. A los terratenientes, los ricos y los conservadores no les gustaron estas reformas y decidieron derrocar a Cuza en 1866. Las tensiones también habían ido en aumento debido a un escándalo por sus relaciones con una amante: Maria Catargiu-Obrenovic. Con su derrocamiento, el pueblo invitó a su nuevo rey: El rey Carol I.

El rey Carol I mantuvo unidas a Valaquia y Moldavia, lo que no fue tarea fácil. Fue con su reinado que el país comenzó a ser conocido como Rumania, y en 1866 se firmó la Constitución Rumana, sellando este país unido. Rumanía consiguió independizarse totalmente del Imperio Otomano aliándose con el Imperio Ruso, enemigo de los otomanos.

Los rusos consiguieron derrotar a los otomanos y exigieron la independencia de Rumanía. Los rusos cedieron a Rumanía el norte de Dobruja, pero querían quedarse con el sur de Bassarabia. Los rumanos consintieron, y esto permitió que Carol I fuera declarado primer rey de este nuevo reino.

El rey Carol I era de ascendencia alemana y trabajó para alinearse con Alemania en vísperas de la Primera Guerra Mundial, a pesar de que no era la tendencia del pueblo. A la muerte de Carol I, reinó su hijo Ferdinand y la reina Marie, británica. Ambos decidieron alinear al país con la Triple Entente (Rusia, Francia y Gran Bretaña), que representaba mejor las inclinaciones de la opinión pública. El momento de este cambio no fue muy oportuno, porque el ejército ruso estaba fracasando y, de repente, Rumanía se encontró rodeada por el enemigo, sin esperanzas de ayuda por parte de los aliados.

El 9 de diciembre de 1917, Fernando firmó el Tratado de Focsani, un acuerdo de armisticio que ponía fin a las hostilidades entre Rumanía y las Potencias Centrales (Alemania, Austria-Hungría, el Imperio Otomano y Bulgaria). Marie creía que este tratado era peligroso y se opuso vehementemente a la firma del Tratado de Bucarest, que era un tratado de paz entre Rumanía y las Potencias Centrales en mayo de 1918.

Fernando se negó a firmar el tratado, por lo que el Primer Ministro, Alexandru Marghiloman, lo firmó en su lugar. Finalmente, la guerra terminó oficialmente con el Armisticio con Alemania, firmado el 11 de noviembre de 1918.

El 1 de diciembre de 1918, la Asamblea Nacional de los Rumanos de Transilvania y Hungría, que contaba con 1.228 representantes electos, decretó por unanimidad "la unificación de los rumanos de todos los territorios habitados por ellos con Rumanía". El 11 de diciembre, el rey Fernando firmó esta ley, decretando que "Las tierras nombradas en la resolución de la Asamblea Nacional de Alba-Iulia del 18 de noviembre de 1918 están y permanecen unidas para siempre al Reino de Rumanía."

Como la reina Marie y el rey Ferdinand estaban en contra del Tratado de Bucarest, se ganaron un papel destacado en la Conferencia de Paz de París de 1919. Marie dirigió ella misma muchas de las negociaciones, dejando de lado a otros funcionarios rumanos, para conmoción de muchos de los demás líderes mundiales asistentes.

Como resultado de la conferencia, se produjo el reconocimiento internacional de la Gran Rumanía, duplicando oficialmente el tamaño del país y aumentando la población en 10 millones de habitantes.

El Día de la Unificación se reconoció por primera vez como fiesta nacional el 18 de agosto de 1949, y se celebró el 23 de agosto. El 1 de agosto de 1990 el día pasó a celebrarse el 1 de diciembre.

En la primera celebración del Gran Día de la Unificación, los mayores festejos se vieron en Alba Iulia, donde se firmó la proclamación de la unión de Transilvania con Rumanía. Hoy en día, hay celebraciones en todo el país.

Todos los años hay un desfile militar de las Fuerzas Armadas rumanas en la Plaza de la Constitución o cerca del Arco del Triunfo. Si alguna vez tiene la oportunidad de estar en Rumanía con motivo de esta maravillosa celebración, le recomendamos encarecidamente que se una a ella.

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