Es probable que conozca al menos de pasada la mitología romana y griega, e incluso que haya aprendido sobre ellas en el colegio o en clase de Historia. Lo que quizá no sepa es que Rumanía también tiene una rica historia mitológica, con apasionantes historias y leyendas que han resistido el paso del tiempo.

Zburatorul: El amante de las estrellas

Zburatorul significa literalmente "el que vuela" y a veces se le conoce como "El Volador". Este personaje mitológico es un apuesto y misterioso príncipe de la noche. Es conocido por atormentar a mujeres jóvenes y esposas jóvenes mientras duermen. En realidad, Zburatorul no es más que la personificación del deseo incontrolable y erótico de la mujer por el hombre (¿lo creería si le dijéramos que un hombre inventó esta figura legendaria?).

A veces se describe a Zburatorul como una estrella fugaz, una luz penetrante que entra por la noche por la ventana de la mujer. Cuando entra en la habitación de la mujer, lo único que ésta puede ver es un hombre asombrosamente guapo, o la forma del hombre que más desea.

Se acercan el uno al otro y consuman su amor en el mundo de los sueños. Todo parece real, tanto que la mujer queda exhausta y locamente enamorada.

Aunque el Zburatorul pueda parecer un personaje divertido o inofensivo, en realidad causó destrozos en la vida de muchas mujeres. Encandilaba a las mujeres por la noche de tal manera que no tenían energía para vivir un día normal. Estaban agotadas todo el día y ansiaban volver a dormir para vivir de nuevo en su mundo de ensueño.

Vivían para sus sueños y no se molestaban en prepararse para el día, a menudo ni siquiera se vestían antes de enfrentarse al mundo. Muchas de ellas perdieron sus matrimonios o estuvieron al borde de la separación. A menudo se las consideraba rameras.

A pesar de la destrucción del Zburatorul, existía una cura: ser curada por una hechicera. Estas hechiceras conocían las palabras y las hierbas adecuadas para conseguir que el Zburatorul dejara en paz a estas mujeres inocentes. Sin el Zburatorul, las mujeres podían volver a sus vidas normales.

El Salomonar

Se trata de un personaje que cabalga sobre un dragón y controla el clima y las catástrofes naturales. Es el hechicero de las tormentas y los vientos; el creador de la niebla, el granizo y las nubes; y el soberano de las aguas, las montañas y las cuevas. Es alto, pelirrojo y de ojos grandes. Siempre lleva un largo abrigo blanco y un libro consigo, que es la fuente de toda su magia. También dicen que lleva un trozo de madera para controlar los vientos y un hacha para crear granizo.

El Solomonar no es una sola persona, sino que es un oficio que se transmite de generación en generación. El Solomonar es elegido al nacer, no por los humanos, sino por un poder superior. Sabes que un Salomonar ha nacido porque tendrá un signo que lo indica en su cara.

Cuando un Salomonar nace, debe ser entrenado hasta que esté listo. Deberá estudiar todos los idiomas del mundo, dominar todos los hechizos que se hayan pronunciado y, finalmente, se le dejará solo para que escriba su propio libro. Así es como sabes que está listo.

Debido a su extenso entrenamiento, es un mago magistral. A menudo, deambula por las ciudades vestido de mendigo, en un intento de probar la amabilidad de la gente. Si le tratan mal, el pueblo será castigado con granizo y malas cosechas.

Algunos creen que la historia del Salomonar procede del rey bíblico Salomán. Otros creen que este cuento deriva de la historia de Zeus, que era rey de los dioses y podía controlar el clima. Hay un par de hipótesis más, pero es imposible saber con exactitud de dónde procede esta historia.

Jidovi: los gigantes de los Cárpatos

Los jidovi eran gigantes gentiles. La historia cuenta que estos humanos gigantes dominaban el mundo. Y su historia es más que un cuento: la gente cree de verdad que estos gigantes vagaban por nuestro mundo. Sea cierto o no, sus historias son encantadoras.

Los jidovi son descritos como humildes, pacientes y amables. Eran capaces de pasar con fluidez de una colina a otra. De hecho, la jidovina es una unidad de medida de varios metros, que se cree que es la longitud de la pisada del gigante.

A veces, a los jidovi se les llama los blajini, que significa "los bondadosos", o los novaci, que significa "los poderosos". Eran increíblemente fuertes, capaces de arrancar un árbol de raíz sin ningún esfuerzo. Estos gigantes vivían entre humanos de nuestro tamaño y nos consideraban sus sucesores, los herederos de su tierra. Por eso eran amables con nosotros y nos respetaban.

Una de las historias de los jidovi es que tenían un pacto con el rey dacio Burebista, que gobernó entre el 82 a.C. y el 45 a.C. (los dacios eran los antiguos habitantes de la actual Rumanía). El acuerdo consistía en que los jidovi podrían vivir en las montañas sólo si protegían los tesoros de oro dacios. Los Cárpatos son inmensos y el acuerdo consistía en proteger los tesoros dacios para siempre. Por eso, algunos creen que los Jidovi siguen vivos, escondidos en las montañas, protegiendo los tesoros.

Los Jidovi siempre han sido muy apreciados y, por ello, hay muchos lugares que llevan el nombre de estos gigantes: la mesa de los Jidovi, la cueva de los Jidovi, las colinas de los Jidovi y las tumbas de los Jidovi. Ya a principios del siglo XX, la gente afirma que sus abuelos tuvieron encuentros de primera mano con los Jidovi.

Tres leyendas clásicas rumanas. Esperamos que estas historias te hayan entretenido y te hayan inspirado para aprender más sobre los mitos y leyendas rumanos.


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